jueves, 11 de enero de 2007

Las plagas


Las plagas

Podemos denominar plaga a la agrupación de animales que se alimenta de las plantas y causa un perjuicio en ellas más o menos grave. Los animales que originan las plagas son insectos, ácaros, nematodos y otras especies como moluscos, roedores, aves. Para constituir una plaga debe existir un gran número de individuos que ocasione daños evidentes en la planta. Podemos concluir, por tanto, que la presencia de estos insectos en la planta no siempre representa un riesgo para su salud, sino un daño estético, por lo que habría que plantearse si realmente merece la pena un tratamiento fitosanitario ante la sola aparición de algunos individuos o sólo cuando se ve que pueden ser un peligro potencial o real.
Plagas frecuentes: insectos. Los insectos tienen el cuerpo dividido en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen. A su vez, incorporan tres pares de patas y pueden tener dos pares de alas, un par o ninguna. Su aparato bucal, a través del que realizan el daño a la planta, se puede clasificar en varios tipos:
Masticadores: poseen mandíbulas con las cuales cortan y trituran hojas, tallos, raíces... De este modo se alimentan los escarabajos adultos, la langosta y las larvas de muchos insectos.
Chupadores: tienen la boca adaptada para absorber los jugos vegetales que les nutren (pico, lengua, ventosa, etc).
El aparato bucal es muy importante desde el punto de vista agrícola porque no es lo mismo luchar contra un masticador que contra un succionador. Además, los insectos se multiplican muy rápidamente y, en algunas ocasiones, las hembras ponen huevos sin haber sido fecundados previamente (partenogénesis). La temperatura y la humedad, la existencia de enemigos o falta de alimentos reducen su potencial de reproducción.
En cuanto a los medios de propagación, el insecto se puede valer de sus propios medios o por otros ajenos a él: viento, aperos y herramientas, viajar en otras plantas que se traen de otros lugares, etc. Conviene saber que la cubierta rígida que los protege no les permite crecer de modo semejante a como lo hacen otros animales. A intervalos más o menos regulares, el insecto se desprende de la cubierta para formar una nueva; estos cambios que experimenta reciben el nombre de metamorfosis.
En las metamorfosis complicadas, el insecto pasa por varios estados muy diferenciados: huevo, larva (oruga en las mariposas), ninfa, pupa o crisálida e insecto adulto. En la mayoría de los casos los mayores daños los produce el insecto en la fase de larva.
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